Segur que es una de les emocions que vivim amb més intensitat ultimament, i també cal dir que es de les que més costa gestionar-se. Seria important tenir eines per aprendre a deixar-se portar per la ràbia. La psicóloga Patricia Ramírez ens aporta algunes solucions en una article aparegut a El País, i titulat La ira no es la respuesta.
"Muchas personas reaccionan con rabia
cuando se sienten amenazadas. Es un estado de alerta que genera adrenalina a
través de la activación del sistema nervioso simpático para que podamos
combatir lo que en un momento se interpreta como una amenaza.
En su acepción más positiva, la ira tiene
como objetivo darnos fuerza para protegernos y poder sobrevivir. Pero muchas
veces mostramos exacerbación cuando no la necesitamos. Esta emoción tiene
muchas consecuencias a nivel fisiológico y de comportamiento: el pulso se
acelera, el corazón late rápido, la respiración se agita; pero también conlleva
que las personas a su alrededor se sienten incómodas, amedrantadas, con miedo y
deseos de alejarse. Nadie quiere relacionarse con una persona que estalla de
forma descontrolada y que dice y hace cosas que luego cuesta olvidar, y que en
muchos casos condicionan el trato de por vida.
Esta forma de actuar tiene un claro desencadenante:
el pensamiento. El iracundo está valorando el contexto como algo terrible, y
sinceramente no lo es, salvo que detrás de usted corra un oso fiero. La cólera
no es una respuesta eficaz para comunicarse. Así que olvide la idea irracional
de que por las malas se consigue todo o de que hay personas que no reaccionan
salvo que se les dé un grito.
El campo de las emociones es riquísimo:
la tristeza, la frustración, la alegría, los celos o la pena. Tiene cientos de
ellas. ¿Por qué ha elegido expresarse con furia? Si lo que necesita es
desahogase, hágalo, pero no con este traje que le genera malestar a usted y a
quienes le rodean. No existe ningún manual en el que se especifique que la ira
es la respuesta idónea para expresarse cuando algo sienta mal.
También puede practicar el humor y
contemplar la vida como un lugar más divertido. Que alguien le adelante por la
derecha puede ser una amenaza o una situación cómica si se imagina a su
conductor desnudo con un gorro de Papá Noel en la cabeza. ¿Va a cambiar su
forma de conducir proyectando su rabia a través del cristal del coche? No,
seguramente su estado de tensión le lleve a precipitarse en la siguiente
maniobra.
Hay personas que muestran ira para escenificar su enfado. Como si
la irritación fuera más real si se evidencia de forma violenta que si se
escenifica con tranquilidad. Busque la causa y localice el motivo de su enojo.
Y pregúntese: ¿el motivo justifica la respuesta? Si es no, piense con hoja de
papel y lápiz delante en otras alternativas para enfrentarse a su enfado y
resolverlo. Busque muchas, haga una tormenta de ideas, incluso basadas en el
humor: ¿cómo pensaría y reaccionaría alguien que vive en la campiña, rodeado de
pájaros y con un ritmo lento de vida? Ojalá consiguiera reírse mientras realiza
el ejercicio. La risa relajará su sistema nervioso y podrá contemplar el
momento desde un punto de vista más enriquecedor.
Una vez que tenga escritas todas las
alternativas, léalas y decida, en función de su forma de ser, cómo le gustaría
comportarse la próxima vez ante esta situación.
Igual no consigue actuar de esta forma
alternativa inmediatamente, pero a base de interés y entrenamiento, seguro que
en un futuro muy próximo consigue ir controlando poco a poco su manera de
proceder.
Los consejos para controlar su ira y
buscar otras alternativas más sanas para mostrar su enfado deben empezar por
preguntarse cómo de amenazante es el motivo que lo genera. La valoración
racional de la situación, contemplarla desde otra perceptiva, le dará una
dimensión diferente.
Practique un idioma sereno. Lo que se dice a sí mismo le lleva a
sentir de una forma determinada. Si no quiere experimentar furia, no se hable
con términos como “horrible”, “no lo soporto”, “estoy hasta las narices”.
Suavice y utilice expresiones del tipo “es desagradable, pero es pasajero”, “a
veces esto es cansino”, “si tuviera que elegir, no sería esta mi decisión”.
Trabaje
su información propioceptiva. Exprésese lento, sonría a pesar de que no
tenga ganas, exprese serenidad con los gestos de su cara y de su cuerpo, hable
bajo y entone sin rabia. Adoptar la postura corporal y el volumen y tonalidad
de una persona tranquila hará que su cerebro interprete que está en paz y
mandará la orden de serenar el sistema nervioso.
Si la ira y el estado de enfado se
mantienen en su vida como una constante en lugar de ser algo puntual, practique
alguna técnica que le relaje: yoga, deporte, mindfulness, técnicas de relajación
muscular. Cualquier ejercicio que le permita equilibrar el interior para ser
paciente en el exterior.
Entrénese en habilidades sociales e
inteligencia emocional. Entender los puntos de vista de los demás
le permitirá ser más flexible y tolerante. Uno de los factores que nos llevan a
ser irascibles es la falta de comprensión con los demás, o con los tiempos que
manejan los otros, o con las formas de proceder. Entienda que no todos somos
iguales, que llevamos ritmos distintos, que funcionamos de diferentes formas.
Escuche por qué las personas actúan de otra manera y trate de entenderlos de
forma sincera y de ponerse en el lugar de ellos. Igual esta otra visión le
relaja.
Mejor ser prudente. Las personas irascibles creen que tienen
el derecho a verbalizar todo lo que les pasa por la mente. A pesar de que ser
sincero es una virtud, la sinceridad sin tacto es mala educación. No se crea
con el derecho a decirle a todo el mundo lo que tiene que hacer y a dar
consejos que nadie le ha pedido. Resérvese parte de información y quédese
tranquilo, no reventará si no dice todo lo que piensa. Muchas de las personas
bocazas terminan arrepintiéndose más tarde de lo que dijeron. Ahórrese este
malestar.
Vaya sacando piedras de la mochila y no deje que se le acumulen los malos
ratos. Resuelva problemas, tome decisiones, llame a quien le ofendió o con
quien se siente ofendido y ponga en su agenda sonrisas en lugar de caras
tristes. Pruebe a hacer este ejercicio: anote en una hoja todos los frentes que
tiene abiertos y que le generan malestar. Al lado de cada frente anote cómo va
a proceder, no lo que necesita de los demás para resolverlo, sino lo que usted
tiene que hacer para cerrar esa carpeta. Ponga fecha y actúe. Y cuando lo
solucione, ponga al lado un smile. Ahora tiene un motivo de felicidad
y no una carga.
Practique actividades que le hagan sentir
bien. La ecuación es sencilla. Si en su balanza hay más placer que
obligaciones, se sentirá bien y a gusto. Se sentirá feliz, y las personas
felices son menos agresivas e irascibles.
Tenga siempre en la mente una palabra
clave: stop, tranquilo, slow…
cualquier señal que lleve implícita la orden de parar, tomarse las cosas con
calma, imprimir otro ritmo. Repítala y recuerde que siempre tendrá tiempo para
dispararse si al final cree que es la mejor opción. Pero dese tiempo para
analizar si otras posibilidades le harán sentir mejor, alcanzar otros
resultados, sentirse cómodo con las personas.
Y recuerde: usted no es globo, no hace
falta que reviente cuando algo le pincha. Tiene capacidad para controlarse e
inhibirse si así lo decide. Una de las consecuencias emocionales de las
personas con ira es la sensación de falta de control. Son las situaciones las
que los controlan a ellos.
Los coléricos pueden llegar a sobrepasar
límites insospechados. Las consecuencias pueden ser muy peligrosas, no solo
para el que recibe el ataque verbal o físico, sino para quien se emplea a fondo
en este descontrol. No se deje arrastrar por arranques emocionales. Tener
control es posible y está en su mano.
Los adultos son modelos de conducta no
solo para los hijos, sino para cualquier adolescente o niño que les observa;
también para otros adultos. Si aprenden que la ira es una forma de obtener
poder, también querrán hacer lo mismo."
I tu? Tens eines per gestionar-te l'emoció de la ràbia? Que fas quan vius situacions amb alguna persona a la que li diries unes "quantes coses"? Com et sents després?
Ja sabeu, podeu dir la vostra!!!!
Us desitjo que tingueu molt bona setmana!!!
Us desitjo que tingueu molt bona setmana!!!
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