Estem acabant l’any
i també està acabant el bloc!!! Em comenta el senyor Blog que
durant pràcticament dos anys us ha acompanyat en aquest projecte en el que “he
de dir que m’heu donat molt” (diu ell). Donar i rebre és la llei més important
d’aquesta vida i que algunes vegades oblidem. Em diu que falta poc per
acomiadar-se però també diu que “quan estigueu una mica...estic aquí
pel que vulgueu”. És bona gent aquest Bloc!!!. Us deixa un
poema de l’amic Jorge Bucay...
“Había una vez, en las afueras de un
pueblo, un árbol enorme y hermoso que generosamente vivía regalando a todos los
que se acercaban el frescor de su sombra, el aroma de sus flores y el increíble
canto de los pájaros que anidaban entre sus ramas.
El árbol era querido por todos en el
pueblo, pero especialmente por los niños, que se trepaban por el tronco y se
balanceaban entre las ramas con su complicidad complaciente.
Si bien el árbol tenía predilección por
la compañía de los más pequeños, había un niño entre ellos que era su
preferido. Éste aparecía siempre al atardecer, cuando los otros se iban.
-Hola amiguito -decía el árbol, y con
gran esfuerzo bajaba sus ramas al suelo para ayudar al niño en la trepada,
permitiéndole además cortar algunos de sus brotes verdes para hacerse una
corona de hojas aunque el desgarro le doliera un poco. El chico se balanceaba
con ganas y le contaba al árbol las cosas que le pasaban en la casa.
Con el correr del tiempo, cuando el niño
se volvió adolescente, de un día para otro dejó de visitar al árbol.
Años después, una tarde, el árbol lo ve
caminando a lo lejos y lo llama con entusiasmo:
-Amigo… amigo… Ven, acércate… Cuánto
hace que no vienes… Trepa y charlemos.
-No tengo tiempo para esas estupideces
-dice el muchacho.
-Pero… disfrutábamos tanto juntos cuando
eras chico…
-Antes no sabía que se necesitaba dinero
para vivir, ahora busco dinero. ¿Tienes dinero para darme?
El árbol se entristeció un poco, pero se
repuso enseguida.
-No tengo dinero, pero tengo mis ramas
llenas de frutos. Puedes subir y llevarte algunos, venderlos y obtener el
dinero que quieres…
-Buena idea -dijo
el muchacho, y subió por la rama que el árbol le tendió para que trepara como
cuando era pequeño.
Luego arrancó todos los frutos del árbol,
incluidos los que todavía no estaban maduros. Llenó con ellos unas bolsas de
arpillera y se fue al mercado. El árbol se sorprendió de que su amigo no le
dijera ni gracias, pero dedujo que tendría urgencia por llegar antes que
cerraran los compradores.
Pasaron casi 10 años hasta que el árbol
vio otra vez a su amigo. Era un adulto ahora.
-¡Qué grande estás! -le dijo
emocionado-; ven, súbete como cuando eras chico, cuéntame de ti.
-No entiendes nada, como para trepar
estoy yo… Lo que necesito es una casa. ¿Podrías acaso darme una?
El árbol pensó unos minutos.
-No, pero mis ramas son fuertes y
elásticas. Podrías hacer una casa muy resistente con ellas.
El joven salió corriendo con la cara
iluminada. Una hora más tarde, llegó con una sierra y empezó a cortar ramas,
tanto secas como verdes. El árbol sintió el dolor, pero no se quejó. No quería
que su amigo se sintiera culpable. Una por una, todas las ramas cayeron dejando
el tronco pelado. El árbol guardó silencio hasta que terminó la poda y después
vio al joven alejarse esperando inútilmente una mirada o gesto de gratitud que
nunca sucedió.
Con el tronco desnudo, el árbol se fue
secando. Era demasiado viejo para hacer crecer nuevamente ramas y hojas que lo
alimentaran. Quizás por eso, cuando 10 años después lo vio venir, solamente
dijo:
-Hola. ¿Qué necesitas esta vez?
-Quiero viajar. Pero, ¿qué puedes hacer
tú? No tienes ramas ni frutos para vender.
-Qué importa hijo -dijo el árbol-,
puedes cortar mi tronco, total yo no lo uso. Con él podrías hacer una canoa
para recorrer el mundo.
-Buena idea -dijo el hombre.
Horas después volvió con una hacha y
taló el árbol. Hizo su canoa y se fue. Del árbol quedó solo el pequeño tacón a
ras del suelo.
Dicen que el árbol aún espera el regreso
de su amigo para que le cuente su viaje. Nunca se dio cuenta de que ya no
volverá. El niño ha crecido y esos hombres no vuelven donde no hay nada para
tomar. !
Fins quan vulgueu!!!!!
Gràcies per les teves aportacions. Fins aviat
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