Què és el que
necessites per ser feliç? Segurament, hi haurà persones que contestarien una
resposta semblant a "No m'ho he plantejat mai" i també altres
persones que la seva resposta tindria molta relació amb el "tenir
més". Ens marquem metes o reptes que suposem que ens farà portar una vida
més feliç o plaent i després un cop descoberta la frustració de veure que
encara seguim igual o pitjor, seguim amb la mateixa dinàmica de voler coses
sense plantejar-nos realment que significarà aconseguir aquest objectiu en la
nostra vida. Comparteixo un article del coach Enric Lladó publicat a la revista
RRHH digital i titulat Déjate de coches,
estatus y pavadas, a on es reflexiona sobre el tema.
“Mi cliente llega puntual a su sesión de coaching. Quiere explorar su futuro profesional, quiere pensar acerca de su carrera. Le veo con mucha energía, así que le ofrezco un café y en seguida entramos en materia. Le pregunto qué es lo que le gustaría conseguir el próximo año.
Que me
asciendan…que ya es hora….a ver si me dan el A5 de una vez…
– De acuerdo- le
digo- Imagina que ya lo tienes. Ya tienes tu ascenso y tu A5. Ahora qué. ¿Estás
contento ahora?
– Sí, por
supuesto¡¡
– Ah¡ Muy bien,
muy bien. Imagina que pasan dos meses desde tu ascenso, tres meses….pasan seis
meses…un año …¿Qué es lo que quieres ahora?
– Hombre, pues
ahora me gustaría seguir progresando…
– Entiendo,
seguir progresando…¿Un nuevo ascenso?
– Sí, eso
estaría bien.
– ¿En cuanto?
¿En tres, cinco años…?
– En cinco años
es razonable…
– ¡Hecho¡Tuyo
es. Imagina que ya tienes el ascenso…. Ah¡ Y un coche aún mejor, ¿Qué
tocaría ahora? ¿Un A7? Es tuyo. También tienes una casa mejor… ¿Qué tal? ¿Estás
contento?
– Sí, supongo
que sí….
– ¿Y ahora qué?
– Pues..no sé…la
verdad..¡ja, ja¡
– ¿Qué tal el
puesto de CEO?
– Hombre…eso es
muy difícil…
– Ajá…
– (…) pero…entre
nosotros… ése es en realidad mi sueño.
– ¿Ah, sí?
Estupendo pues ¡sueño concedido¡ Ya eres el nuevo CEO, ¡felicidades¡
– Ja, ja¡, ya me
gustaría, ya…
– Ya eres el
nuevo CEO, ponte ahí por un momento, por favor, imagínate que ha sucedido de
verdad…es importante que te imagines esa situación como si fuera verdad…
– Vale…de
acuerdo…me lo imagino…
– La pregunta es
¿Y ahora qué?
– ¿Y ahora
qué?….pues…no sé… ahora qué…..
– Has logrado tu
sueño. Ahora deberías ser feliz, ¿no? Más te vale…acabas de emplear los últimos
quince años de tu vida en lograrlo….¿Ahora qué?
– No lo sé…no lo
sé….es interesante ver esto así… estoy confuso…no tengo muy claro qué hago
aquí…ni porqué…
– Bien…estás
confuso….estupendo…esto es bueno…
Un ascenso, más
responsabilidad, mejor salario, un coche mejor, son los objetivos que muchos de
mis clientes se traen a las sesiones de coaching. Son una basurilla de
objetivos.
Si no los
consigues (lo que tarde o temprano acaba ocurriendo) te sientes mal. Mientras
peleas y te esfuerzas por conseguirlos, lo pasas mal. Pero es que si los
consigues…!!también mal¡¡ Porque una vez logrados todos tus objetivos, una vez
te pasa la luna de miel de los dos primeros meses, te encuentras con el vacío.
Te encuentras con importantes preguntas como ¿Y ahora qué? ¿Para qué hice todo
esto? ¿Qué sentido tienen para mí todos los sacrificios realizados?
Te explicaré un
secreto: cuando mis clientes investigan un poco más en esos objetivos, acaban
descubriendo que en realidad esos objetivos no los decidieron ellos. Esos
objetivos más bien vienen de fuera. Vienen de palabras que han entrado en el
cerebro y han hecho su efecto. Palabras a veces cercanas, quizás de personas
amadas, padres, pareja, amigos. Pero también palabras que vienen de un poco más
lejos, palabras que dijo alguien…sobre algo que alguien dijo…palabras que han
salido de la televisión, quizás de una película…de extrañas ondas que
vienen de lejos…palabras cuyo origen cuesta rastrear…
Cuando se dan
cuenta de esto, mis clientes suelen apagar la emisora de esas palabras y buscan
reconectar con su emisora interior, una emisora que emite una sintonía muy
diferente. Al principio les cuesta oír una voz que durante mucho tiempo ha
estado acallada, pero poco a poco, a medida que van poniendo su atención en
ella, perciben cómo les habla con palabras cada vez más poderosas.
Les habla de ser
ellos mismos, ante todo, pase lo que pase. Les dice que la persona más rica y
“poderosa” del mundo, si pierde su autoestima y su ilusión, es incapaz de
superar el menor contratiempo. Y que sin embargo, muchísimas personas que han
tenido mala suerte en los negocios y en la vida, han sido capaces de salir
adelante, de superar la situación y han acabado mucho mejor de lo que estaban
antes, sencillamente porque conservaban la autoestima y la ilusión. -Tu
autoestima y tu ilusión te harán invencible, son tu verdadera fuente de poder-.
Eso es lo que transmite su voz interior.
Esa voz les
susurra palabras parecidas a las de Aristóteles cuando decía que “La felicidad
es el acompañamiento de todo acto perfecto”. Les habla de encontrar el
desarrollo y la realización en cada tarea, en cada palabra, en cada gesto.
De hacer el trabajo a su manera, como sólo ellos pueden hacerlo, con su
aportación más personal.
Su voz interior
les pide que aprendan…que aprendan como locos. Que lo hagan cada día, como sea,
a costa de lo que sea. Porque ese es el verdadero desarrollo profesional. La
voz interior les advierte: -que no te pase como a aquél tipo, que alardeaba de
tener veinticinco años de experiencia y al que alguien un día le contestó: –
“No, perdone, usted lo que tiene es un año de experiencia repetido veinticinco
veces”-
Cuando empiezan
a escuchar su voz interior, todo cambia, todo se pone en su sito. Pasan los
días y en el cuerpo aparecen nuevas sensaciones, nuevas energías, nuevas
ilusiones. El objetivo se ha transformado. Esa nueva energía se hace
evidente para todos los que les rodean. Todos pueden ver cómo el desempeño y
los logros son cada vez mayores. Y los viejos objetivos se abandonan, quedan
atrás…ya no guían el camino.
Y es entonces,
cuando esos objetivos han quedado allá a lo lejos, perdidos, cuando su
atención está en otro lugar, es entonces cuando ocurre algo realmente curioso:
les dan un ascenso…más responsabilidad…el coche….Todo lo que no consiguieron
cuando lo perseguían, les es concedido cuando ya no les importa realmente.
Bellas paradojas de la vida.
Y aunque a nadie
le amarga un dulce, esos regalos de la vida les parecen una baratija en
comparación con las sensaciones que desde hace un tiempo, invaden su cuerpo.
Sensaciones que ya estaban allí cuando eran niños, pero que desaparecieron poco
a poco, no se sabe muy bien por qué.
Sensaciones que
ahora han vuelto. Para quedarse.”
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